La famosa dieta rápida 5:2, también denominada del ayuno intermitente, no ha dejado de ganar adeptos desde que Angelina Jolie o Ben Affleck la pusieron de moda. Un éxito que se debe, principalmente, a la gran aceptación que está teniendo entre los hombres. El por qué no es otro que su simplicidad: consiste en limitar el consumo de calorías a 600 durante dos días a la semana (en el caso de las mujeres el límite se establece en 500 calorías).
El ayuno intermitente es un término que se le da a este régimen que alterna entre períodos de ayuno y no ayuno. La forma más común de hacerla es con un ayuno de días 24 horas de ayuno y 24 horas de no ayuno, o 36 horas de ayuno y 12 horas de no ayuno. En los momentos que puedes comer, agregas a tu cuerpo lo que deseas.
Como toda dieta restrictiva, las complicaciones no son menores, el problema es que cuando nuestro cuerpo pasa muchas horas de ayuno se va a preparar para eso, entonces vamos a empezar a guardar grasa, vamos a aumentar de peso, y el metabolismo se pondrá más lento. Entonces, cuando vuelves a los hábitos naturales del cuerpo, este no sabe cómo reaccionar. Lo que todos conocemos como efecto rebote.
El efecto rebote es muy alto, porque el cuerpo comienza a ahorrar y como no sabe cómo defenderse contra la desnutrición y los períodos de ayuno, ahorra, luego lo sobrecargas y el aumento de peso es mayor.
Otra consecuencia, es la bajada de vitaminas y minerales que al final van a afectar al pelo, las uñas, un montón de otras cosas en tu cuerpo.
Hay que tener en cuenta siempre que, bajar más de un kilo y medio a la semana siempre va a resentir el hígado. Además, en casos más extremos, se puede derivar en anemias, arritmias, cansancio o problemas en el corazón, es un desequilibrio total en el cuerpo.
Son de lejos más cosas negativas que positivas, las que se pueden dar por bajar tanto de peso en un mes, es por eso que desde aqui os desaconsejo totalmente esta dieta (y cualquiera similar) y estoy segura que cualquier medico o nutricionista os dira lo mismo.