142º receta: PUDING DE PIÑA SIN HORNO

PUDING DE PIÑA SIN HORNO

Hoy os traigo de cara al finde un postre muy rápido y sencillo, en este caso un puding de piña sin horno

Esta es una de las primeras recetas que empecé a cocinar siendo pequeña, así que seguro que os animáis todos con este postre

Es un puding muy fresco, que ahora que empieza el buen tiempo, y se que lo vais a preparar más de una vez. Además es un puding de piña sin horno, asi que se tarda muy poco tiempo en preparar y lo podemos hacer en los meses de verano en los que encender el horno no apetece tanto
Es fácil de hacer, económico…¡lo tiene todo!

INGREDIENTES:
1 bote grande de piña en su jugo (NO en almíbar)
500ml de nata para montar
1 paquete (28g) gelatina sabor piña
bizcochos de soletilla
100g de azúcar (para el caramelo)

ELABORACIÓN:

Lo primero que debemos hacer es preparar el caramelo. Para ello, en una sartén antiadherente, verteremos el azúcar sin nada más ( no es necesario) y lo dejamos que se caramelice hasta que coja un tono dorado pero no muy oscuro.

Lo vertemos en el molde que vayamos a usar para hacer nuestro puding.

A continuación, sacaremos las rodajas de piña bien escurridas (ATENCIÓN el caldo del bote hay que GUARDARLO).
Disponemos la piña encima del caramelo, hasta cubrir la totalidad del molde o a nuestro gusto.
Ahora encima de la piña cubriremos con los bizcochos de soletilla. Debéis procurar que este todo el molde bien cubierto pues esos bizcochos serán la base de nuestro puding. Ademas un truco, colocad los bizcochos con la parte plana hacia arriba, pues asi al voltearlos queda el puding plano

Por otro lado, en un cazo vertemos el jugo de la piña, que habremos reservado, y lo ponemos a calentar.

Cuando lo tengamos bien caliente añadimos la gelatina y mezclamos hasta que se haya disuelto bien. Cuando vuelva casi al punto de ebullición agregaremos la nata removemos un par de minutos.

Lo vertemos en nuestro molde, comprobaréis que poco a poco los bizcochos van subiendo a la superficie.
Dejamos enfriar un poco y lo guardamos en el frigorífico unas horas hasta que haya cuajado la mezcla.

Desmoldamos con la ayuda de una puntilla de cocina y servimos.
Esta receta admite muchas variantes. Podéis cambiar de fruta, podéis aprovechar restos de magdalenas, bizcocho y pan duro…