Ahora que resulta tan difícil fumar por todas partes… ¿No crees que es
el momento ideal de acabar de una vez por todas con el tabaco? Si lo
único que te frena para tomar la decisión es el miedo a engordar de
repente… no te preocupes, ¡tengo la solución!
Es bastante normal engordar poco a poco o incluso de forma exagerada
cuando se deja de fumar (la media está en unos 7kg en 12 semanas, y un
10% de los que abandonan el tabaco han ganado más de 12kg llegado este
punto). Es importante entender el motivo y saber que es probable que
este aumento de peso no se deba simplemente al consumo de grandes
cantidades adicionales de alimentos.
En primer lugar, la
nicotina de los cigarrillos acelera el metabolismo y este efecto dura
alrededor de 30 minutos después de cada cigarrillo. Al dejar de fumar,
el número de calorías que se queman puede experimentar un descanso de
entre 150 y 300 calorías al día, en función del número de cigarrillos
que se fumaran habitualmente y del metabolismo individual de cada uno.
En
segundo lugar, la nicotina tiene un efecto supresor del apetito,
probablemente bloqueando el transmisor cerebral químico conocido como
neuropéptido Y. Al dejar de fumar, los niveles de este transmisor
aumentan y, por tanto, también lo hace el apetito.
Comparta
sus problemas y debilidades:
Aprenda a ser humano. Si tiene un hombro en el que llorar puede ser más
llevadero, hable con personas que comparten sus problemas y debilidades, quizás
le pueda ser muy útil. Desahóguese.
Cuide su alimentación:
Si compensa su dependencia del tabaco con una
alimentación inteligente, equilibrada, minimizará la dependencia
del tabaco y evitará el riesgo de ganar peso asociado a dejar de fumar.
Reforzará su voluntad si se conciencia en llevar una vida sana.
Duerma bien:
Le ayudará a relajarse y recuperar la tensión que
le produce las ganas de fumar. Si tiene problemas en conciliar el sueño
procure caminar un par de horas antes de dormir, darse un baño caliente…
de tal forma que le disminuya la tensión y le relaje.
Prepare un buen programa para ocupar su tiempo:
Usted conoce aquellas situaciones
que le llevan a fumar más y aquellas otras en las que casi se olvida del
tabaco. Propicie actividades y situaciones en las que se olvide de sus cigarrillos.
Emprenda un programa de actividades anti-tabaco, trate de evitar aquellas situaciones
que le incitan a fumar. Evite el estrés.
Muévase y haga ejercicio:
Trate de iniciar un programa de ejercicios
acorde con su edad y forma física. Si no está en buena forma trate
de iniciar actividades sencillas como caminar o probar cosas nuevas como Pilates.
Beba agua:
Consulte a su médico si opta por tomar algún medicamento.
Como mínimo beba más de dos o tres litros de agua diaria. Le ayudará
a eliminar toxinas y a encontrarse mucho mejor.
No se haga la víctima y genere pensamientos positivos:
Dejar de fumar
es un regalo para usted, su cuerpo, su familia, sus compañeros de trabajo.
No se haga la víctima, intente atraer su mente con pensamientos
positivos, aprenda a pensar en positivo.
Aprenda a superar el impulso de fumar:
Si gana una lucha de 3-5 minutos cada
vez que le da el «irreprimible» impulso de fumar, ganará la batalla.
Así que tome conciencia, ayude a autoconocerse a la hora de aprender cómo
dominar ese impulso. Cada persona puede combatirlo de la forma que sea más
efectiva. Si está en buena forma física, haga 30 flexiones, dése
una ducha, inicie una actividad disuasiva… Ayúdese usted mismo contra
los impulsos que le empujan a fumar.
Sea paciente:
Los primeros días son los más difíciles.
Cada día que supere sin fumar piense que habrá ganado una batalla
importante. Póngase como meta firme e irrenunciable dejar de fumar los
primeros cinco días. Verá como tras unos primeros momentos difíciles,
le resultará más fácil conforme avance el tiempo.
No se automedique:
Consulte a su médico si opta por tomar algún
medicamento. No utilizar fármacos para dejar de fumar que no se hayan conseguido
a través de tratamientos garantizados y autorizados.
Aprenda a relajarse:
Hay sencillos métodos para la relajación y respiración.
Si los aprende y los ejercita, pueden ser útiles para ayudarle a dejar
de fumar, superar impulsos, etc.